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¿Qué es el intestino permeable o “síndrome de intestino agujereado”?

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En la actualidad, la permeabilidad intestinal o intestino permeable está adquiriendo mayor relevancia entre los profesionales de la salud, por los efectos que tiene a nivel sistémico e inmunológico.

De hecho, la permeabilidad intestinal se asocia a patologías tan diversas como los trastornos neuropsiquiátricos, la obesidad, bacteriemias, entre otros. Por eso, es importante que nos centremos en ella.

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Definición de permeabilidad intestinal 

“Se define como una característica funcional de la barrera intestinal en lugares determinados, medible mediante el análisis de las tasas de flujo a través de la pared intestinal, en su totalidad o a través de los componentes de la pared de las moléculas definidas, que son en gran medida inertes durante el proceso y que pueden medirse adecuadamente en estas configuraciones.”

El intestino está tapizado por un epitelio cilíndrico simple, siendo las membranas celulares de este epitelio, las que están en contacto con el lumen intestinal y por tanto con su contenido.

Por lo tanto, las características de la membrana serán fundamentales para determinar la permeabilidad del intestino.

Permeabilidad de las membranas e intestino permeable

Todas las membranas celulares tienen un elevado grado de selectividad para las sustancias, lo que dependerá de:

  • Tamaño de la molécula
  • Carga y solubilidad de esta en la membrana
  • Gradientes de concentración de las sustancias.

Estas características físico-químicas determinan la permeabilidad de la membrana celular y son las que definen su semipermeabilidad.

Características de la mucosa intestinal

La mucosa intestinal está constituida por una fina monocapa de células columnares o cilíndricas, donde sus núcleos no se encuentran al mismo nivel. De ahí su nombre de epitelio seudoestratificado.

Por encima del epitelio encontramos el glicocálix, y una capa de moco que podemos dividir en dos zonas:

  1. La que se encuentra en el lado luminal constituido por moco espeso donde encontramos el microbioma
  2. Otra zona donde el moco que se encuentra en contacto con el epitelio, constituido por una capa fluida/móvil con elevado contenido en Ig A, esta capa es la que se va desplazando gracias al movimiento de los microvilli.

Por debajo del epitelio tenemos las placas de Peyer, tejido conectivo y glándulas que son fundamentales para evitar el paso de sustancias tóxicas o microorganismos a nuestra circulación.

Además, encontramos más células en el epitelio intestinal, que interviene tanto en el proceso digestivo, como en el inmune y de barrera.

En su conjunto, la mucosa es un sistema complejo que se encarga de regular el tráfico de sustancias, neutralizar toxinas e intervenir en la defensa del organismo.

Debemos tener en cuenta que es nuestra principal barrera con el medio externo junto con la piel, solo que, al tener una función absortiva, sus sistemas de protección son más complejos. En la piel producimos múltiples capas celulares y además está queratinizada, y con este tipo de epitelio cornificado obtenemos una elevada resistencia. Pero, claro está, poco se puede absorber por la piel, y menos moléculas de gran tamaño, con carga, etc.

Hiperpermeabilidad intestinal y alteraciones de la mucosa intestinal

Diferentes procesos patológicos pueden conducir a la alteración de la permeabilidad intestinal, tanto por exceso como por defecto.

En la mayoría de las ocasiones encontraremos incremento de la permeabilidad, en todo proceso inflamatorio que afecte a la mucosa intestinal. También lo hará sobre las uniones que mantienen estrechamente unidas a las células intestinales “enterocitos” que pierden cohesión, apareciendo el síndrome de permeabilidad aumentada.

Enfermedades autoinmunes, infecciosas, enfermedades inflamatorias crónicas asocian en muchas ocasiones un síndrome de permeabilidad aumentada o intestino agujereado.

Causas del intestino permeable

Las causas son múltiples, pero todas están asociada a la lesión e inflamación de la mucosa intestinal. También pueden existir casos en los que se favorezca la permeabilidad por alteraciones funcionales u orgánicas, pero son los menos.

Entre ellas tenemos:

  • Estrés oxidativo: produce mediadores inflamatorios que favorecen la permeabilidad a los intersticios.
  • Disbiosis: la modificación de microbioma conduce a incremento de la presión y al desequilibrio de nuestro sistema inmune, modificando la regulación inmune.
  • Infecciones: estimulan la producción de mediadores de la inflamación y por ende alteran la permeabilidad.
  • Enfermedad inflamatoria intestinal (EII).
  • Fármacos: sobre todo los antibióticos empleados de forma exagerada pueden alterar el microbioma y por tanto la permeabilidad.
  • Celiaquía.
  • Alimentación desnaturalizada: muchos alimentos contienen enzimas que favorecen su digestión, diferentes mecanismos de conservación pueden alterarlas y de esta forma dificultar su metabolismo, afectando a la función digestiva.
  • Síndrome de intestino irritable.
  • Consumo excesivo de productos irritantes como los picantes, café, alcohol, drogas, aditivos alimentarios…
  • El estreñimiento puede favorecer la disbiosis y por tanto incrementar la permeabilidad intestinal.
  • Pesticidas y químicos añadidos.
  • Otros.

Síntomas de la permeabilidad intestinal

Los síntomas del intestino permeable son inespecíficos, de ahí que sea una nueva entidad morbosa que se empieza a reconocer en la actualidad, pero hasta el momento no se le daba importancia e incluso se decía que eran ideas de algún enajenado.

Entre los síntomas y signos podemos distinguir los que afectan al tubo digestivo:

  • Hinchazón.
  • Dolor abdominal.
  • Plenitud.
  • Estrés físico o emocional.
  • Diarreas.
  • Estreñimiento.
  • Borborigmos.

Entre los extradigestivos tenemos:

  • Cefaleas.
  • Artritis o artralgias.
  • Sobrepeso/obesidad.
  • Alteraciones de la piel.
  • Posibles bacteriemias pasajeras.
  • Alteraciones neuropsiquiátricas.

Tratamiento de intestino permeable

En la actualidad, se están desarrollando diferentes fármacos con el fin de restaurar la correcta función de la mucosa intestinal. Entre ellos podemos encontrar:

  1. Bacterias intestinales modificadas que parecen ser capaces de reducir la permeabilidad.
  2. Xiloglucanos: efecto protector al formar película protectora.
  3. Trasplante fecal: modificar la flora añadiendo bacterias purificadas.
  4. Otros…

Pero, más allá de los productos de diseño, podemos hacer mucho por nuestro intestino con meras modificaciones higiénico-dietéticas.

Por ejemplo:

  1. Reducir el consumo de productos refinados y procesados, ricos en aditivos alimentarios.
  2. Las dietas hipocalóricas resultan menos agresivas para la mucosa, puesto que controlan la flora intestinal.
  3. Consumir frutas, verduras, hortalizas, etc. Son importantes los productos de la tierra tal cual, hervidos o al vapor para que no incrementen el número de tóxicos y no altere su composición natural.
  4. Consumo de prebióticos como yogurt, kéfir, té de kombucha, chucrut, facilitan el mantenimiento del microbioma saprófito.
  5. Productos ricos en fibra y pectinas favorecen la eliminación de tóxicos y disminuyen el tiempo de contacto entre las heces y la mucosa.
  6. Beber abundante agua 2 litros/día, buena para todo el organismo.
  7. Consumo de glutamina; este aminoácido ha demostrado ser útil en la nutrición de la mucosa intestinal y el mantenimiento de su integridad.
  8. El ejercicio físico favorece el vaciado, incrementa las defensas, reduce el estrés, es hipotensor… 

Intestino permeable y agua de mar

El agua de mar de QUINTON es un producto natural no sometido a ningún proceso químico ni térmico, de forma que no se ven alterados los elementos que contiene.

El agua de mar ha demostrado tener poder cicatrizante y antiinflamatorio para la piel y las mucosas, por lo que puede resultar útil para la mucosa gastrointestinal. Además, aporta elementos fundamentales para la correcta función de la inmunidad intestinal.

La toma se debe realizar en ayunas para que, de esta forma, entre en contacto con la mucosa digestiva sin la necesidad del vertido de los jugos gástricos, que interferirían en sus funciones locales.

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