La gastritis es una patología muy común. Incluso se considera la patología benigna más frecuente de afectación gastroduodenal. Las causas de gastritis son secundarias a infecciones, consumo de fármacos, respuestas de hipersensibilidad y de origen idiopático, en las que encontraremos además del daño de la mucosa un infiltrado inflamatorio (este puede ser crónico o agudo). La aparición de infiltrado inflamatorio es fundamental para el diagnóstico de la gastritis y para esto imprescindible la toma de biopsias.
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¿Qué caracteriza la gastritis antral?
La gastritis antral es un tipo de gastritis en la que las lesiones y el infiltrado los encontramos circunscritos en el antro gástrico. La principal entidad capaz de producir la gastritis antral no atrófica es la infección por Helicobacter pylori (H. pylori), también es conocida como gastritis tipo B. Esta puede manifestarse de forma aguda o crónica. El tratamiento empleado es el mismo:
- La erradicación de la infección por H. pylori
- Más la toma de medidas higiénico-dietéticas
Solo que en el caso de encontrarnos con un proceso crónico tras la resolución de la infección, es posible que la mucosa no alcance una restitución ad integrum.
Infección por Helicobacter pylori
En 1893 se encuentra en diferentes muestras de pacientes con gastritis un bacilo gramnegativo que fue confirmado en 1989 como agente causante de la infección a H. pylori. Esta bacteria gramnegativa es muy móvil, gracias a la disposición de flagelos polares, con un movimiento en forma de sacacorchos. Su patogenicidad deriva de:
- Capacidad móvil
- Producción de la ureasas
- Proteínas bloqueadoras
- HspB que potencian la ureasa
Los que termina por producir daño en las células epiteliales son estos efectos enzimáticos por ureasas, fosfolipasas, mucinasas, citotoxicidad Además, se protege de la fagocitosis y de la muerte celular por medio de la producción de superóxido dismutasa y catalasa, siendo resistente y requiriendo tratamientos combinados para su erradicación.
Epidemiología de la infección por Helicobacter pylori
El número de infectados puede alcanzar cerca de 90% desde edades tan tempranas como los 10 años, principalmente en países en vías de desarrollo. En el caso de los países desarrollados podemos encontrar un incremento de la colonización por esta bacteria, sobre todo en adultos alcanzando incidencias que superan el 40% en edades avanzadas. La distribución de Helicobacter pylori es mundial y con una relación inversa con respecto al nivel socioeconómico. ¡Entre el 80-100% de los afectados por gastritis y úlceras están infectados por H. pylori! Es una bacteria que afecta exclusivamente a humanos, considerándose que la vía de trasmisión es la fecal-oral, siendo el reservorio la mucosa gástrica antral.
Cómo se hace el diagnóstico de H. pylori
Se pueden emplear para el diagnóstico las denominadas pruebas invasivas o directas y las no invasivas o indirectas. Entre las directas tenemos:
- La biopsia gástrica
- El estudio de anatomía patológica o con la biopsia realizar el test de la ureasa
Entre las pruebas no invasivas nos encontramos con:
- La serología por medio de la detección de la Ag de H. pylori en la heces por medio del método ELISA
- El test del aliento
De esta forma podemos utilizar las diferentes pruebas para fines concretos, por ejemplo:
- Test de la ureasa por medio de la endoscopia para el diagnóstico.
- El test del aliento, como la prueba de comprobación de que se ha producido la erradicación.
- La detección de antígenos en heces, que se emplea en el diagnóstico en atención primaria.
- Por último, cuando las muestras no resultan lo suficientemente buenas para la prueba del test de la ureasa, como por ejemplo cuando el paciente ha sido tratado previamente con antibióticos (hasta cuatro semanas antes) o ha estado empleando IBPs (dos semanas antes), se procede al estudio histológico.
Indicaciones para el tratamiento
Existen una serie de criterios que nos orientaría a la realización de un tratamiento erradicados para H. pylori, y entre ellos tenemos:
- Los casos de úlcera péptica.
- Los cuadros de dispepsia no filiada en menores de 55 años, en los que no nos encontremos síntomas o signos de alarma. A esto se le denomina la estrategia del “Test and Treat”.
- En las dispepsias funcionales que no responden a las medidas higiénico/dietéticas.
- Obviamente en el caso de los linfomas MALT gástricos de bajo grado, ya que en muchas ocasiones con la erradicación de H. pylori se resuelve.
- En pacientes que utilicen AAS o AINEs y que ya han padecido una úlcera péptica.
- Familiares de primer grado de pacientes que han padecido o padecen un cáncer gástrico.
- En las situaciones en las que nos encontremos una mucosa gástrica atrófica o metaplasia intestinal.
- En los pacientes que han sido sometidos a resección quirúrgica o endoscópica por un cáncer gástrico.
- Anemia ferropénica o déficit de B 12 cuyas causas no estén aclaradas, por lo que se emplea el tratamiento por si existiera respuesta.
- E los casos de púrpura trombocitopénica idiopática.
- Y también se ofrece el tratamiento de erradicados a todo paciente que esté diagnosticado de infección por H. pylori.
Medidas higiénico dietéticas en caso de gastritis antral
Además, del tratamiento antibiótico se pueden tomar una serie de medidas para reducir tanto los síntomas como la probabilidad de infección por H. pylori e incluso reducir la carga bacteriana. En lo que respecta a la reducción de la probabilidad de infección, tenemos
- El lavado de forma concienzuda los productos que vayamos a consumir crudos.
- Una buena higiene de manos, puesto que es una de las vías de transmisión de la bacteria.
Si lo que queremos es reducir los síntomas podemos eliminar o reducir el consumo de café, alcohol, el tabaco, los productos muy grasos, las comidas copiosas, el picante, la menta, los productos muy elaborados y especiados. Se debe prestar especial cuidado con las situaciones de estrés, tanto físico como psíquico. Estos últimos favorecen la lesión de la mucosa gástrica y en múltiples ocasiones, como en los procedimientos quirúrgicos se utilizan IBPs como tratamiento preventivo para las úlceras por estrés. Existen múltiples producto antiinflamatorios de origen natural, pero mencionare los efecto que produce sobre la carga bacteriana tanto el empleo del agua de mar con la utilización de las astaxantinas. Ambos han demostrado reducir la carga de H. pylori de la mucosa gástrica, reduciendo de esta forma la probabilidad de producir lesiones en la mucosa. Sin embargo, en la actualidad el tratamiento antibiótico es el único que demuestra que es capaz de erradicar la infección por Helicobacter pylori evitando la progresión de la gastritis antral. Si se realiza de forma temprana, se puede conseguir una recuperación completa de la mucosa.
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