La amplitud de distribución eritrocitaria (ADE) en el hemograma indica la variación porcentual de los volúmenes de los eritrocitos en una muestra de sangre. Es un índice que nos indica el grado de anisocitosis eritrocitario.
El ADE en el hemograma se solicita de rutina en las analíticas sanguíneas, junto con otros parámetros. Se emplea fundamentalmente en el estudio de las anemias, siendo estas la causas más comunes de un ADE alto.
Los valores de ADE junto con los valores del volumencorpuscular medio (VCM) son muy útiles para poder diferenciar entre las diferentes anemias.
Valores de ADE alto y bajo en hemograma
La amplitud de distribución eritrocitaria (ADE) tiene unos valores normales que oscilan entre el 11 y el 14,5% aproximadamente.
Cuando encontramos valores superiores de ADE debemos pensar en alteraciones de los eritrocitos, debido a su destrucción (hemólisis) o por baja producción de los mismos (anemias).
Un ADE en sangre bajo, parece no estar asociado a ninguna patología.
La amplitud de distribución eritrocitaria el equilibrio del medio interno
En la actualidad, gracias a la inclusión por parte de Felker y cols. del ADE, en el estudio de los posibles marcadores que podrían emplearse en la valoración de la morbi/mortalidad, en los pacientes con insuficiencia cardíaca, la ADE está alcanzando nuevas dimensiones.
De este estudio se infirió que la ADE por sí sola, era un predictor independiente de la evolución de los pacientes con insuficiencia cardíaca, demostrando su validez y la necesidad de su medición. Pero hoy día se puede contemplar a la ADE como un predictor de mortalidad de cualquier causa, y no solo las cardiovasculares.
Cada vez son más los datos que indican que las alteraciones de las constantes con disregulación del medio interno tienen una repercusión sobre los sistemas mucho mayores de lo que se podía imaginar. Y los cambios al alza de la amplitud de distribución eritrocitaria son solo, un indicador más de cómo los desequilibrios del medio interno son un valor importante del estado de salud.
La inflamación y el estrés oxidativo son claros elementos interferentes de la homeostasis orgánica. Pero a su vez fundamentales para un correcto funcionamiento del organismo, deben estar estrechamente controlados para obtener de ellos el mayor rendimiento con la mínima agresión, hasta el punto, que estas dos entidades son capaces de afectar a la amplitud de distribución eritrocitaria, siendo esta un biomarcador de morbi/mortalidad general.
Un equilibrio dinámico lleno de sutilezas
Quién iba a decir que el ADE del hemograma se vería alterado por los desequilibrios sistémicos, siendo un elemento más a valorar en la pérdida de la homeostasis general. Lo encontraremos elevado en procesos como el envejecimiento, en la gestación sobre todo en las últimas semanas, en la diabetes mellitus, en el ejercicio físico, en la inflamación crónica de cualquier tipo…
Además, se ha podido mostrar como el selenio, la vitamina C, los betacarotenos, hierro, ácido fólico, vitamina B12… son capaces de reducir el ADE, y por lo tanto en el caso de los tres primeros, actuar fundamentalmente contra el estrés oxidativo.
En el medio interno existen una cantidad de sustancias que se emplean en la comunicación tisular, que son en algunas ocasiones difíciles de interpretar. Intervienen en el control y actividad celular como en el caso de las micropartículas y exosomas producidas por las células, empleándolas en la comunicación y regulación del entorno.
Es importante ante los nuevos descubrimientos sobre los mecanismos de regulación y el manejo de los diferentes sistemas de comunicación celular, por parte de nuestro organismo. Un cuidado por medio de la promoción de la salud y no solo por resolver la enfermedad, máxime cuando hemos visto que diversos mecanismos empleados por nuestro organismo para el mantenimiento de la homeostasis pueden resultar perjudiciales a largo plazo.
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