Un intestino permeable puede provocar varios síntomas y la alteración de la permeabilidad intestinal puede depender de causas internas o externas. Por eso es importante, en primer lugar, identificar si existe una patología de base. Sigue leyendo para saber más sobre cómo cuidar de tu mucosa intestinal, prevenir problemas intestinales y restablecer el equilibrio.
Contents
- 1 Síndrome del intestino permeable
- 2 ¿Qué es la permeabilidad del intestino?
- 3 Alteraciones de la permeabilidad intestinal
- 4 Efectos de la alteración de un intestino permeable
- 5 ¿Qué debemos hacer para evitar un intestino permeable?
- 6 Recomendaciones generales para el equilibrio intestinal
- 7 Permeabilidad intestinal y agua de mar
Síndrome del intestino permeable
¿Te preguntas qué es la permeabilidad de las membranas? Todas las membranas celulares tienen un elevado grado de selectiva permeabilidad para las sustancias. Esto dependerá, también, del tamaño de la molécula, su carga y solubilidad en la membrana, además de los gradientes de concentración de las sustancia y del tamaño de la membrana.
Estas características físico-químicas son las que determinan la permeabilidad de la membrana celular y son las que definen su semipermeabilidad.
¿Qué es la permeabilidad del intestino?
El intestino está tapizado por un epitelio cilíndrico simple. Las membranas celulares de este epitelio son las que están en contacto con el lumen intestinal y por tanto con su contenido.
Por lo tanto, las características de la membrana serán fundamentales para determinar la permeabilidad del intestino. Sin embargo, no solo nos encontramos con las membranas y las proteínas en ella inmersas. Por debajo se encuentra:
- El resto de la mucosa intestinal, la submucosa. Aquí es dónde se encuentran las glándulas, los conglomerados inmunes (placas de Peyer).
- Elementos de sostén como vasos sanguíneos, nervios, vasos linfáticos, etc.
- A estos se suman las secreciones de moco junto con inmunoglobulinas IgA, producidas por diferentes células que intervienen tanto en la protección como en la absorción de nutrientes.
Es por eso que la mucosa intestinal se considera una unidad funcional y cualquier alteración estructural o funcional, a cualquier nivel, puede alterar la permeabilidad del intestino.
Debemos tener en cuenta que la pared intestinal es nuestra principal barrera con el medio externo junto con la piel, solo que al tener una función absortiva, sus sistemas de protección son más complejos.
En la piel producimos múltiples capas celulares y además la queratinizamos. Con este tipo de epitelio cornificado obtenemos una elevada resistencia. Pero, claro está, poco se puede absorber por la piel y menos moléculas de gran tamaño con carga.
Alteraciones de la permeabilidad intestinal
Diferentes procesos patológicos pueden conducir a la alteración de la permeabilidad intestinal, tanto por exceso como por defecto. En la mayoría de las ocasiones se registrará un incremento de la permeabilidad.
En todo proceso inflamatorio que afecta a la musa intestinal, de hecho, las conexiones que mantienen unidas a las células pierden cohesión. Dando lugar al síndrome de permeabilidad aumentada.
En muchas ocasiones, las enfermedades autoinmunes, las infecciosas, las enfermedades inflamatorias crónicas, entre otras, asocian un síndrome de permeabilidad aumentada.
Efectos de la alteración de un intestino permeable
Los efectos de un intestino permeable pueden ser múltiples, entre ellos destacamos:
- La aparición de manifestaciones cutáneas como eczemas, dermatitis.
- Patologías cutáneas asociadas al paso de sustancias al torrente circulatorio que conducirán a respuestas inflamatorias a nivel venular.
- Artritis reactivas secundarias a un proceso inflamatorio/infeccioso a cualquier nivel del tubo digestivo.
- Enfermedades autoinmunes como la psoriasis, las tiroiditis autoinmunes o artritis reumatoide, también se asocian al síndrome de intestino permeable.
- Síntomas locales como plenitud precoz, flatulencias, hinchazón abdominal, etc.
¿Qué debemos hacer para evitar un intestino permeable?
Es posible que existan factores genéticos predisponentes que faciliten el desarrollo de un intestino permeable. No obstante, su determinación es compleja por la gran cantidad de elementos que intervienen en la permeabilidad intestinal. También es cierto que los factores ambientales juegan un papel principal en la alteración de la permeabilidad. A continuación, describimos algunas pautas para la prevención de la permeabilidad intestinal:
- Debemos tener en cuenta todos los alérgenos alimentarios comunes, evitando su consumo en los primeros años de vida, como se hace en la actualidad en pediatría.
- Este es el primer paso y muy importante, considerado que en la fase de desarrollo y maduración es cuando más susceptible es nuestro intestino. Por lo que si se introducen los potenciales alérgenos demasiado temprano y ello se suman las susceptibilidades del individuo, se pueden desarrollar alergias o intolerancias. En la mayoría de las ocasiones, estas no terminan por resolverse.
- Posteriormente debemos valorar el consumo de otros productos. Este aspecto resulta más difícil al entrar en juego los antinutrientes de semillas, cereales, legumbres, etc. que pueden interferir en el correcto funcionamiento intestinal y producir respuestas inflamatorias.
- Lo que sí está claro, es que la adición de probióticos y prebióticos es una buena estrategia para mantener nuestra microbiota en “buena forma” y reducir el riesgo de disbiosis.
- También, hay que tener en cuenta que el alcohol, el café, los salazones, los ahumados y los productos altamente procesados deben consumirse con moderación por estar asociados a alteraciones de la mucosa intestinal.
- Los AINEs deben consumirse solo bajo prescripción y cuando esté correctamente indicado, ya que alteran los mediadores inflamatorios, pieza clave en la regulación de la permeabilidad intestinal.
Todo lo anterior es solo una orientación genérica y es importante consultar con un profesional para diseñar una estrategia individualizada que ayude a mantener un intestino sano.
Recomendaciones generales para el equilibrio intestinal
¿Cómo podemos mantener el equilibrio de la mucosa intestinal? Proponemos algunas recomendaciones y hábitos saludables:
- Si se padece alguna enfermedad que pueda alterar la permeabilidad, lo primero de todo es su correcto tratamiento.
- Lo principal es realizar una dieta equilibrada, a ser posible bajo el asesoramiento de un profesional o estar bien informados de los pros y contras de las diferente propuestas dietéticas.
- Incorporar probióticos y prebióticos cada día para fortalecer la flora y el sistema inmune.
- Consumo de productos ricos en fibra tanto soluble como insoluble, para normalizar el tránsito y reducir el riesgo de divertículos, sobrecrecimiento bacteriano, aumento de productos tóxicos derivados de la acción bacteriana.
- Un aporte hídrico suficiente para un correcto volumen en las heces. Además del agua, aportar una fuente de sales que contenga todo el pool mineral, suficientes para un correcto equilibrio de las secreciones mucosas, rico en microelementos tan necesarios para la función inmune y enzimática celular.
- Las ingestas han de ser frugales dejando tiempo suficiente entre una comida y la siguiente, para evitar una función continuada del tubo digestivo. Las enzimas digestivas pueden terminar siendo lesivas para la mucosa.
Todas estas acciones contribuyen a mantener un equilibrio en la mucosa intestinal que disminuya el riesgo del desarrollo de un intestino permeable.
Permeabilidad intestinal y agua de mar
El agua de mar aporta un plus a la hora de hidratar y mineralizar la mucosa intestinal. Tiene efectos antiinflamatorios reduciendo el tiempo de cicatrización en las úlceras intestinales, además de actuar como probiótico para nuestro microbioma.
Es por esto que el agua de mar es un buen complemento nutricional aportando el pool hidromineral que nuestro organismo necesita. Sobre todo el agua de mar isotónica porque no afecta el tono de las secreciones mucosas intestinales. Su contenido en oligoelementos como el zinc, selenio, manganeso, magnesio, cobre a los que se le suma su implicación en la función inmune, es muy importante para un correcto funcionamiento de la mucosa intestinal.
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