El soplo tubárico o soplo bronquial, es un soplo rudo, intenso, de tonalidad alta que se incrementa con la máxima inspiración. Este sonido se traduce como consecuencia de una condensación pulmonar superficial, cuya causa más frecuente es la neumonía lobar.
Causas del soplo tubárico
La aparición del soplo tubárico se da, como he dicho, en el contexto de una condensación pulmonar, en la mayoría de la ocasiones secundaria a una neumonía lobar, pero también lo podemos encontrar en otras patologías que van acompañadas de condensación pulmonar, en las que se intercambia el aire por contenido líquido, como en SDRA, ICC con edema pulmonar, hemorragias pulmonares, cáncer…
¿Qué más se percibe en la condensación pulmonar?
La condensación pulmonar tiene unas semiología característica, guía para los especialistas en el diagnóstico clínico. La exploración pulmonar se caracteriza por disnea, taquipnea, sudoración profusa en la inspección, se aprecia matidez en la percusión, a la palpación nos podemos encontrar con la percepción de las vibraciones vocales, y en la auscultación tendremos el soplo tubárico junto con crepitantes y broncofonía. Sumando los datos de la clínica, toma de constantes y pruebas complementarias, el profesional sanitario determinará el diagnóstico y posibles causas de la condensación pulmonar.
El equilibrio hídrico en el intersticio pulmonar
El equilibrio hídrico está dominado por la ley de Starling, donde encontramos las presiones hidrostáticas que empujan el líquido hacia el intersticio y las presiones oncóticas que lo atraen hacia los vasos. Se le debe sumar a este control pasivo, las modificaciones que se producen sobre los vasos, la linfa y el sistema nervioso, pudiendo estos modificar las condiciones homeostáticas alterando el equilibrio hídrico. Las patologías que afecten a los pulmones y tengan influencia sobre cualquiera de los elemento anteriormente nombrados, romperán dicho equilibrio pudiendo dar lugar a un edema pulmonar y a condensación. En el caso de las neumonías al ser un proceso infeccioso/inflamatorio una gran cantidad de sustancias que se secretan conducen a la aparición del edema y posterior condensación, con el fin de facilitar el acceso de la maquinaria defensiva y bloqueo de la progresión del patógeno, dando lugar a un desequilibrio hídrico focal. También las patologías extrapulmonares pueden condicionar el equilibrio pulmonar, por la modificación del equilibrio hídrico, como sucede con los edemas secundarios a una cardiopatía congestiva, asociado a las grandes alturas, empleo de fármacos, la disminución de las presiones oncóticas (hipoalbuminemia), hiponatremia… El medio interno está controlado de forma exquisita, para mantener el volumen y la concentración de solutos y principios inmediatos, que son requeridos por la célula. Esto hace que el medio interno esté expuesto a todas las alteraciones que se den en el organismo, de forma que, al verse afectado, se está afectando al organismo en su conjunto, sobre todo en procesos con cierta entidad, pudiendo encontrar entre otros signos clínicos el edema y la congestión pulmonar.
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