El prurigo es la asociación de prurito junto con alteraciones de la piel, como son la formación de pápulas, vesículas, escoriaciones y formación de placas recurrentes o crónicas, estas últimas secundarias al rascado.
La etiología es desconocida, interviniendo factores ambientales, genéticos y étnicos en la susceptibilidad y en el incremento de la aparición del prurigo. Este puede aparecer tanto en niños como adultos, siendo más frecuentes los cuadros agudos en niños, y los crónicos y recurrentes en los adultos.
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¿Es el prurigo una entidad concreta?
La alteración en la piel comprende diferentes entidades, pero que tienen en común una respuesta inflamatoria muy semejante, esta es como he dicho, la aparición de prurito y la aparición de pápulas, vesículas…
Esta respuesta se puede dar como resultado de una picadura, por el efecto de una crema, por contacto con sustancias irritantes, la exposición solar, etc. Es por esto, que vendrá en la mayoría de los casos acompañado de su apellido como, por ejemplo; prurigo simple infantil, nodular, actínico…
El prurigo puede afectar a todos [tanto niños como adultos]
El prurigo simple es más frecuente encontrarlo en niños Suele ser secundario a las picaduras de insectos, dando lugar a una respuesta inmune inespecífica que culmina con la aparición de las pápulas y el prurito que caracteriza al prurigo.
En adultos podemos encontrar procesos crónicos, que terminan por manifestarse con el prurigo en adultos. En este caso, hablamos de procesos como las parasitosis intestinales y otros factores ambientales.
Prurigo actínico como respuesta al sol
El prurigo actínico es una fotodermatosis en respuesta a la exposición solar, de carácter crónico y por suerte, poco frecuente.
Siendo una más de las situaciones en la que un organismo sensibilizado reacciona de forma inapropiada ante agentes ambientales, como en muchas otras ocasiones, las mujeres son más susceptibles a padecerlas.
En este sentido, es posible que factores hormonales intervengan en la modulación inmunológica, dando lugar a una respuesta inapropiada y a la aparición del prurigo actínico.
El prurigo en adultos tiende a la cronificación
En muchas ocasiones el prurigo del niño es secundario a una picadura, pero en el caso de prurigo en adultos, se puede dar con una respuesta crónica que puede resultar altamente molesta.
Múltiples entidades se asocian al prurigo en adulto, desde la dermatitis atópica, seborreica, infecciones, TBC, medicación, cáncer, etc… Se ha mencionado que factores ambientales, genéticos y étnicos influyen en la aparición de este, teniendo que hacer una minuciosa anamnesis y exploración para poder orientar el origen.
Por desgracia, el control de los factores desencadenantes resulta difícil ya que no puede determinarse la causa que conduce a la respuesta inmunológica. Es interesante la corrección de los malos hábitos, de la dieta, la realización de ejercicio saludable, valorando los cambios de forma consciente. De forma que si el este se reduce ante ciertas modificaciones de estilo de vida, estas han de ser detectadas.
El agua de mar en el contexto de la inflamación
Se ha demostrado que el empleo del agua de mar tiene efectos sobre la inflamación y las respuestas alérgicas, siendo un útil complemento en diferentes patologías como en la dermatitis atópica asociada al prurigo, psoriasis, ideal complemento para las rinitis y lavado de las vías aéreas altas facilitando la eliminación de alérgenos por un mejor aclarado.
El agua de mar también ha mostrado sus efectos en la regulación de los mecanismo inflamatorios del tubo digestivo y en el equilibrio del medio interno aportando elementos fundamentales para el control enzimático. Por todo lo dicho el empleo de la Terapia Marina es un complemento útil capaz de hidratar, revitalizar y recuperar la integridad de la piel y sus características, actuando sobre la respuesta inflamatoria.
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