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Los procesos virales de las vías respiratorias son de los procesos infecciosos más prevalentes, progresando en algunos casos los cuadros a neumonía viral, que en algunas ocasiones pueden ser muy graves y llegar a comprometer la vida del paciente.
Se consideraba que los procesos virales, al ser autolimitados en la mayoría de las ocasiones, cuando afectan a las vías respiratorias no existía riesgo de enfermedad grave, pero en la actualidad, tras el H1N1 y más recientemente el Covid 19, está claro que no es así.
Neumonía viral
La neumonía viral es una infección del parénquima pulmonar causada por un virus. Suele cursar con manifestaciones atípicas de neumonía por afectarse los intersticios por igual que los alveolos, de modo que la disnea y la sensación de ahogo en las fases iniciales suele ser menor que en los procesos bacterianos, al igual que la fiebre y tos productiva.
Se ha podido demostrar la sobreinfección bacteriana en las neumonías virales, de modo que puede dar lugar a cuadros más graves e ingresos más prolongados en cuidados intensivos.
En la actualidad, el Covid 19 está demostrando una capacidad destructiva sin igual, aunque se debe profundizar más en la fisiopatología. Uno de los órganos más afectados es el pulmón, produciendo verdadera devastación y destrucción del parénquima pulmonar y secuelas graves como la insuficiencia pulmonar, fibrosis…
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Principales virus que producen neumonía en la comunidad
Se han podido identificar nuevos virus causantes de neumonía comunitaria, siendo en algunas ocasiones especialmente graves los cuadros infecciosos. Algunos expertos concluyen que cerca del 30% de las neumonías adquiridas en la comunidad (NAC) están producidas por virus, entre los virus podemos mencionar:
- Virus de la gripe Influenza A H1N1.
- Virus Parainfluenza.
- Rinovirus.
- Coronavirus como SARS-COV I, SARS COV II, MERS y otros coronavirus.
- Virus sincitial respiratorio.
- Bocavirus humano.
- Adenovirus.
- Virus varicela/zoster.
- Enterovirus.
- Virus herpes humano 6 y 7.
- Citomegalovirus.
Clínica de la neumonía vírica
La clínica de las neumonías virales puede aparecer con manifestaciones más atípicas que en el caso de las neumonías bacterianas (en especial las estreptocócicas), teniendo en cuenta que en muchas ocasiones, los síntomas de los procesos virales y bacterianos se pueden solapar, incluso pueden coexistir las infecciones.
Síntomas de las neumonías virales:
- Mialgias y dolores corporales generalizados.
- Cefaleas.
- Odinofagia.
- Confusión.
- Febrícula o fiebre baja.
Se observa que cuando la infección es viral primaria, no tiene manifestaciones propias de un cuadro de afectación pulmonar típico, pero en ocasiones se produce una sobreinfección bacteriana que puede dar lugar a la aparición de manifestaciones típicas de neumonía como esputo purulento, fiebre alta, disnea…
Neumonía vírica infantil
Las neumonías son procesos frecuentes en la infancia y la vejez.
La etiología más frecuente de neumonía en los niños depende de la edad.
- En menores de 3 semanas: la causa de neumonía más frecuente es la bacteriana (Estreptococo agalactiae).
- En lactantes de 3 semanas a tres meses: la causa principal son el VSR, adenovirus, influenza…
- Entre los 3 meses y los 4 años: predominan las neumonías virales pero se debe sospechar también a partir de estas edades el origen bacteriano.
- En mayores de 4 años: principalmente son neumonías bacterianas.
El cuadro se acompaña de:
- Fiebre alta.
- Taquipnea.
- Tiraje intercostal.
- Roncus.
- Crepitantes.
- Sibilancias.
Además se debe tener en cuenta:
-Grado de actividad.
– Consciencia.
– Hidratació.
– Saturación de oxígeno (considerándose grave cuando la saturación de O2 es inferior al 92%).
Tratamiento de la neumonía vírica en niños
- El tratamiento dependerá de la etiología, no aplicándose en la mayoría de las ocasiones los antibióticos en menores de 2 años, por ser de origen viral en un porcentaje elevado.
- En el resto de casos se tratará con antibióticos. La elección dependerá de si son neumonías típicas o atípicas, dándose en las primeras amoxicilina y en las segundas azitromicina de forma empírica.
Todos los niños diagnosticados de neumonía deberán ser reevaluados en las posteriores 48-72h.
Neumonía viral vs bacteriana y coinfección
Al hecho de padecer una neumonía viral y bacteriana concomitante se le denomina coinfección.
Las coinfecciones pueden ser virus-virus o virus-bacteria. En el caso de las virus-virus se ha demostrado que la gravedad es mayor que en el caso de una infección por un solo virus.
El caso más característico de coinfección neumónica es el que se da con el virus de la influenza H1N1 o los rinovirus junto con S. pneumoniae, siendo también más grave el cuadro en estas situaciones, con mayor número de ingresos y exitus.
Parece que los avances tecnológicos en microbiología y gracias a las investigaciones, en un futuro el número de neumonías mixtas será más elevado por un mejor diagnóstico. Entre los posibles marcadores nos encontramos la medición de la procalcitonina, de la que se ha documentado que sus niveles son más elevados en los cuadros de coinfección bacteriana respecto a los casos de infección viral aislada.
Siendo todavía poco específica dicha determinación y la valoración de otros parámetros analíticos y clínicos, pero sí suficientes para intentar desarrollar algoritmos diagnósticos capaces de discernir los cuadros mixtos, importante tanto por el tratamiento como por el pronóstico.
Tratamiento de la neumonía viral
En la actualidad, el tratamiento de la neumonía viral, por desgracia se restringe al virus de la influenza, a través del empleo de los adamantanos y los inhibidores de la neuraminidasa.
Para el resto de los virus, se utilizan algunos fármacos como el aciclovir, Ribavirina…, pero con resultados contradictorios, siendo en la mayoría de las ocasiones el tratamiento sintomático y medidas de soporte cuando es necesario.
Prevención de la neumonía viral
Como medida convencional para la prevención de la neumonías viral tenemos a disposición las vacunas. No obstante, no está exenta de contradicciones entre algunos profesionales.
En la actualidad, está demostrada la eficacia de la vacunación, sobre todo, para prevenir las infecciones por H1N1. Sin ser una panacea, si se ha observado que se reduce en número de ingresos y de muertes entre los vacunados respecto a los no vacunados. De ahí que se quiera en un futuro vacunar a toda la población activa en vez de a la población de riesgo, ya que de esta forma se reduciría la transmisibilidad de la infección.
Por otro lado, podemos tomar otras medidas no farmacológicas como:
- Correcta higiene de manos.
- Alimentación apropiada con el aporte de vitaminas minerales y principios inmediatos.
- Ejercicio físico, puesto que se ha objetivado un incremento de nuestra función defensiva con ejercicio moderado-intenso.
- Relajación y meditación, son técnicas muy útiles puesto que reducen los niveles de estrés, este último muy influyente en la susceptibilidad de los individuos a padecer una infección.
- Una vida saludable por medio de medidas higiénico-dietéticas, cambios del estilo de vida y mayor concienciación.
Es importante un correcto asesoramiento a la hora de tomar medidas, tanto a nivel preventivo como de tratamiento, para obtener los mejores resultados, reduciendo el tiempo de la enfermedad y su gravedad.
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1 comentario
05/09/2020 08:59
Es muy importante tener esta información sobre todo personas con patologías autoinmunes como yo.
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