Se denomina neumonía atípica a las infecciones del parénquima pulmonar que cursan con una clínica distinta a los cuadros convencionales o típicos.
En personas mayores, es fácil que las neumonías secundarias a entidades comunes como el neumococo puedan manifestarse de forma atípica.
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Qué es la neumonía atípica
La neumonía atípica es una forma de neumonía más leve, infección de los pulmones (neumonía) que no cursa con características clínicas comunes.
Las neumonías atípicas suelen ser consecuencia de infecciones por virus o por bacterias menos comunes. De este modo es importante su detección, puesto que nos orienta hacia un grupo de entidades nosológicas (microorganismos) determinados. No obstante, hay que tener en cuenta que las neumonías atípicas también pueden ser consecuencia de los mismos agentes infecciosos que producen neumonía típica.
La clínica que manifiestan los pacientes es más inespecífica y su diagnóstico puede resultar a veces complicado.
Causas de la neumonía atípica
Las principales causas que producen neumonía atípica son:
- Procesos víricos (Adenovirus, virus sincitial respiratorio, Coronavirus, Rinovirus…).
- Bacterias (como Mycoplasma, Legionella, Chlamydia…).
Características de la neumonía atípica
Las neumonías atípicas cursan con cuadros más leves y sintomatología más anodina.
Características clínicas de la neumonía atípica
- Inicio insidioso.
- Fiebre inferior a 39 grados.
- El estado general está conservado.
- La tos a diferencia de los cuadros típicos no es productiva sino irritativa.
- Los síntomas asociados suelen ser generales cursando con cefaleas, mialgias…
- En la auscultación se pueden percibir sibilancias y/o crepitantes uni o bilaterales.
Características de las pruebas complementarias en la neumonía atípica
- En el hemograma no suele encontrarse alteraciones.
- En la Rx de tórax existe un predominio de infiltrados intersticiales que pueden ser tanto unilaterales como bilaterales.
- La PCR no suele elevarse por encima de 80 mg/dl y la procalcitonina no pasa de los 2ng/ml.
Diagnóstico de la neumonía atípica
A la hora de diagnosticar una neumonía atípica debemos tener en cuenta los signos y síntomas clínicos. Esto se debe que es fácil que se nos pase por alto su diagnóstico si no hacemos una buena anamnesis y exploración física, sobre todo en los cuadros leves.
Debemos valorar:
Cuadro compatible con neumonía típica o atípica.
En las neumonías típicas deben aparecer al menos dos o más síntomas, estos son:
- Fiebre.
- Escalofríos.
- Tos o empeoramiento de una tos crónica.
- Dolor torácico de tipo pleurítico.
- Disnea.
- Cambio o aumento del color del esputo.
Como se ha mencionado anteriormente, en las neumonías atípicas no encontraremos estos síntomas. Es por este motivo que debemos tener alta sospecha y pensar en los síntomas antes mencionados.
Lesiones radiológicas en la neumonía.
Una vez tengamos la sospecha procederemos a la solicitud de una Rx de tórax. En la Rx podremos ver tanto los signos radiológicos de la neumonía atípica como los de la típica.
En la Rx de tórax podemos encontrar:
- Aumento de densidad en uno o más lóbulos.
- Infiltrados alveolares.
- Broncograma aéreo.
- Infiltrados intestinales
Gracias a la Rx podemos realizar el diagnóstico, localizar las extensión de la lesión… Además se pueden objetivar complicaciones y hacer seguimiento de los pacientes.
La radiografía se realizará en dos proyecciones:
- AP
- Lateral
Análisis de sangre para la neumonía
Los hemogramas se suelen pedir junto con la radiografía, para de esta forma valorar:
- Leucocitosis: puede no aparecer muy alterada en los cuadros atípicos, como sucede con los ancianos y los inmunodeprimidos. Recordar que las leucopenias son indicadoras de mal pronóstico.
- Prueba de coagulación: no suele verse alterada, pero puede ser útil para valorar la posibilidad de una CID.
- Gasometría arterial: Es importante por se un criterio de ingreso, en la mayoría de las ocasiones nos encontraremos con un cuadro de hipoxemia, pero puede llegar a una IR con valores de Pa02<60 mmHg.
- Bioquímica: Valoraremos los reactantes de la fase aguda como VSG, PCR, enzimas hepáticas…
- Hemograma: Alteraciones en el hemograma pueden agravar la patología de base.
Etiología de la neumonía
La etiología es importante porque el tratamiento debe ir dirigido al agente infeccioso, aunque en primera instancia el tratamiento es empírico. En ocasiones se requerirá hemograma, cultivo, antigenuria, líquido pleural, serología…, con el objetivo de instaurar un tratamiento específico.
Podemos encontrar:
- H. influenzae, y neumonía por aspiración (BGN): ancianos.
- M. catarrhalis, H. influenzae, bacteriemias por neumococo: EPOC.
- H. influenzae, BGN, S. aureus, Legionella pneumophila (menor frecuencia): pacientes en residencias.
Síntomas de la neumonía atípica
- Tos persistente que puede aparecer durante todo el día.
- Dolor de cabeza persistente.
- Síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, frío o sudor frío.
- Dolor de garganta, seco o con picazón en la garganta.
- Debilidad o fatiga.
- Dolor en el pecho al respirar profundamente.
- Dolores y molestias en los músculos y las articulaciones.
Tratamiento para la neumonía atípica
Para el tratamiento se suelen emplear las guías. En España se utiliza la SEPA, en la que se incluyen las medidas de soporte, las medida generales y el tratamiento antibiótico.
Neumonía atípica tratamiento antibiótico
Con respecto al tratamiento antibiótico, es importante que se instaure de forma precoz. Si es posible en un tiempo inferior a las 4 horas.
Se hará por medio de la instauración de un tratamiento empírico teniendo en cuenta el área geográfica en la que reside el paciente. Si no mejora en 48-72 horas se procederá al específico, una vez determinando el agente causal. Hay que tener en cuenta que cerca del 50% de las neumonías no se pueden filiar.
Siempre será el profesional sanitario el encargado de prescribir el tratamiento antibiótico más apropiado y las medidas generales pertinentes.
El tratamiento de la neumonías atípicas y de las neumonías típicas está dirigido al tipo de microorganismo y no a si es típica o no.
Neumonía atípica ¿es contagiosa?
En términos generales, la neumonía atípica no es contagiosa.
Lo que se podría ocurrir es que una infección de las vías altas termine, en personas susceptibles, evolucionando a una neumonía.
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