Lo primero de todo definiremos el concepto de lipidemia; esta es la tasa total de lípidos en sangre, en los que se incluyen los triglicéridos, ácidos grasos libres, colesterol, los esteres de colesterol y fosfolípidos. Su concentración normal en sangre es de 5-8g/L.
Las dislipidemias o dislipemias es el conjunto de alteraciones de las concentraciones de lípidos (colesterol y/o triglicéridos) y/o lipoproteínas en la sangre.
Las alteraciones de la lipidemia son múltiples, estas se pueden clasificar según su perfil lipídico o según su etiología.
Hay que tener muy en cuenta que en el caso que el paciente tenga niveles de colesterol total alto, con incremento de los triglicéridos y niveles bajos de c-HDL se puede considerar una dislipidemia aterogénica ya que tiene mayor riesgo de padecer un evento cardiovascular. Si el paciente tiene un nivel de triglicéridos superior a los 1000mg/dl estará en riesgo de padecer una pancreatitis aguda.
Además los niveles altos de lípidos no suelen causar síntomas, solo en algunos casos que los niveles sean muy elevados pueden aparecer depósitos de lípidos en el tejido conectivo, produciendo unos acúmulos denominados xantomas. También se puede producir el denominado arco corneal que se puede dar en personas jóvenes con niveles elevados de lípidos, por depósito de colesterol en el anillo esclero-corneal, aunque es más común en ancianos y no suele estar asociado a niveles elevado de lípidos.
Aunque no cause apenas síntomas, en sí misma, es un factor de riesgo principal en la patología cardiovascular; enfermedad coronaria, cerebrovascular y enfermedad arterial periférica.
Dislipidemia y arterioesclerosis, palabras mayores
Las guías clínicas de atención primaria, nos resalta la importancia de la lipidemia al ser su alteración un factor de riesgo fundamental, junto con el tabaquismo, la diabetes y la hipertensión arterial en las enfermedades cardiovasculares, siendo estas la primera causa de muerte en los países desarrollados.
Según la Revista Española de Cardiología y haciendo eco de la OMS, alerta de que tres cuartas partes de las muertes por accidentes cardio-vasculares podrían evitarse con adecuadas modificaciones en el estilo de vida, no solo de los pacientes de alto riesgo cardio-vascular, sino en el conjunto de la población. En las últimas décadas ha aumentado la prevalencia de la obesidad y diabetes mellitus, en gran medida debido a la alimentación inadecuada y al sedentarismo, y ambas entidades alcanzan proporciones epidémicas.
Aportación de la Terapia Marina en el control de la lipidemia y otros factores de riesgo cardio-vascular
En diferentes estudios se ha demostrado el efecto positivo del empleo del agua de mar en el tratamiento de los factores de riesgo cardio-vascular, entre los que se encuentra la lipidemia.
Decir que, en la Terapia Marina, el agua de mar ha de extraerse de determinados puntos oceánicos para obtener el mayor aporte de sustancias orgánicas, con una elevada dinamización, producto de las características del biotopo y la biocenosis residente. De esta forma podemos obtener un agua de mar altamente biodisponible y enriquecida, gracias a la formación en estos lugares de los vórtices planctónicos. Posteriormente se realiza un ultrafiltrado en frío para de esta forma eliminar residuos sin alterar las características originales del agua de mar, debido a que compuestos orgánicos que se encuentran en estos vórtices tienen funciones importantes en las actividades celulares.
En un estudio se examinaron los efectos del agua de mar con respecto al agua corriente en la oxidación inducida por la dieta y acumulación de lípidos en hepatocitos de hámsters. Se demostró claramente que aquellos que consumían agua de mar redujeron significativamente los niveles séricos de colesterol y triglicéridos, de forma dependiente de la dosis. Posiblemente por la reducción en la absorción de estos compuestos lipídicos (Chen et al., 2013).
En otro estudio se observa el efecto que tiene el agua de mar, inhibiendo la ganancia de peso y reduciendo la acumulación de lípidos y esteatosis hepática en ratones alimentados con una dieta rica en grasas, teniendo un papel directo sobre el metabolismo de los lípidos, basado en la diferenciación de los adipocitos y la función observada en 3T3-L1 de los adipocitos. También produjo un incremento de la expresión de adiponectina y leptina con disminución de IL-6 y TNF-a (H.G. Ha et al., 2014).
Por último decir, que es importante que los elementos fundamentales para una reducción de la hiperlipidemia se sustenta en la prevención de los factores de riesgo, por lo que se recomienda una dieta equilibrada, realización de ejercicio físico, eliminar el tabaco y en el caso de la diabetes tenerla bien controlada con una glicosilada por debajo de 7…
La Terapia Marina es un buen complemento que ayuda al organismo en el equilibrio de la función celular y su dinamización, es interesante recalcar que ante una reducción de la ingesta calórica, siempre bajo el asesoramiento profesional, el empleo de la Terapia Marina es una buena herramienta que actua en sinergia potenciando el efecto de la dieta, en la disminución de la lipemia.
1 comentario
12/02/2023 19:52
Gracias por la información
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