La artritis es el proceso por el cual las articulaciones se inflaman, produciendo dolor, tumor, rubor, pérdida de movilidad y con la progresión, una deformación y destrucción de la articulación con reacción del tejido blando periarticular.
La inflamación es el signo clave que la diferencia de otras enfermedades reumáticas, como la artrosis, donde la inflamación no es el signo más característico del proceso.
La artritis es un término que se emplea para definir más de cien tipos distintos de entidades morbosas, en la mayoría de los casos a etiología es desconocida, suelen ser de carácter progresivo y degenerativo, llegando a producir en el caso de las poliartritis una impotencia funcional severa.
¿Cómo podemos identificar la artritis?
La artritis provoca dolor e hinchazón secundarios a la inflamación por lo que la enfermedad progresa con deformación de la articulación, dando lugar a rigidez con pérdida funcional mono o poliarticular. Debido al elevado número de artritis, estos son los signos guía que nos pueden hacer sospechar de una artritis de cualquier etiología.
Desde la reumatología se clasifican por el número de articulaciones afectadas y la forma de aparición, ya que es una enfermedad de etiología muy heterogénea, esta clasificación reumatológica va dirigida al tratamiento a inicial, para posteriormente determinar la entidad morbosa específica y dar el tratamiento apropiado.
¿Está el tratamiento convencional de la artritis libre de efectos adversos?
Fundamentalmente el tratamiento es de dos tipos; el no modificador de la enfermedad y el modificador de la enfermedad, el problema de estos últimos son los efectos adversos que pueden llegar a ser severos. Pero de todas formas esta es una aproximación muy somera, ya que en el caso de una artritis séptica será necesario el empleo de antibióticos, o en el caso de una artritis neuropática el de las gabapentinas, etc. El tratamiento finalmente dependerá del tipo de patología artrítica.
La Terapia Marina en la inflamación e inmunoregulación de la artritis
En el campo de la investigación, en un estudio concreto sobre la osteoartritis, demostró que la COX-1 fue la principal responsable de la síntesis de prostaglandinas que dan lugar a la inflamación de las articulaciones. En estudios posteriores se confirmó que era la COX-1 y no la COX-2 el enzima determinante en el inicio y continuación de la artritis.
Esto aproxima la respuesta inflamatoria a mecanismo de la COX-1 y no la de la COX- 2 como se pensaba, además como el bloqueo de la COX-2 se relaciona con mayor riesgo cardiovascular, los investigadores proponen: “permitir la producción de prostaglandinas dependientes de la COX-2 puede conferir protección cardio-vascular a los pacientes de artritis” (M. Chen et al., 2008).Por lo que los nuevos antiinflamatorios selectivos para COX-2, para artritis pueden estar en discusión por sus efectos a largo plazo.
Por otro lado y desde una perspectiva distinta, y atendiendo a los nuevos avances sobre las ciclooxigenasas, un estudio realizado por la Universidad de Kochi (Japón), demostró la existencia de ciertas sustancias orgánicas con efecto farmacológico en el agua de mar. El extracto se denominó C18-DOM y era capaz de inhibir la P-selectinas y la COX-1, pudiendo actuar sobre la arteriosclerosis, aunque las conclusiones evocaban la protección cardiovascular de este compuesto, es extrapolable al efecto antiinflamatorio debido al efecto inhibitorio que tiene sobre la COX-1, pudiendo por lo tanto la Terapia Marina conferir protección o por lo menos disminuir la respuesta inflamatoria que se da en las osteoartritis.
“Por esto es de vital importancia que el tipo de extracción del agua de mar se realice en frío para no alterar estas moléculas termolábiles, afectando a la calidad del agua y a sus propiedades”.
En un estudio piloto para valorar los cambios en la calidad de vidas de mujeres menopáusicas tras la aplicación de la Terapia Marina, todos los parámetros analizados mejoraron, sobre todo en lo relativo al dolor y molestias osteoarticulares. Debemos tener en cuenta que las mujeres menopáusicas están predispuestas a padecer artritis mono y poliarticulares, por lo que el consumo del agua de mar puede disminuir los mecanismos inflamatorios derivados de los cambios hormonales a lo largo el climaterio, y además debido a la riqueza en minerales y su proporcionalidad con el plasma es un complemento ideal para la complementación en la osteoporosis.
En el caso de las artritis derivadas del consumo de gluten con o sin respuesta celíaca, la mera eliminación del gluten es suficiente para frenar la respuesta inflamatoria, por lo que debemos prestar atención a la alimentación en relación a los brotes de artritis.
La artritis reumatoide (AR) y el Lupus son enfermedades inflamatorias autoinmunes con afectación articular, en particular AR puede llegar a producir secuelas articulares limitantes, además de afectar a otros órganos y tejidos, como el Lupus.
En otro estudio se valoró el efecto de la Terapia Marina en estas dos enfermedades, pero debido al tamaño de la muestra y la heterogenicidad de los pacientes los resultados no fueron concluyentes. Lo que sí se demostró en el estudio es el efecto de la Terapia Marina como activadora del sistema inmune ya confirmado en estudios anteriores.
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