La hiperpirexia es una temperatura corporal muy elevada como consecuencia, en la mayoría de las situaciones, de procesos infecciosos agudos, dándose estos episodios con mayor frecuencia en niños.
Se puede considerar la hiperpirexia cuando la temperatura corporal supera los 41ºC. Algunos profesionales emplean el término de hiperpirexia en las elevaciones de la temperatura por causas no infecciosas.
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Fiebre e hiperpirexia
La fiebre es la elevación de la temperatura corporal por encima de lo normal (por encima de los 38ºC, como consecuencia de un proceso patológico, infecciones agudas principalmente), que conduce a una regulación al alza del centro termorregulador hipotalámico.
La hiperpirexia se da cuando esta temperatura supera los 41ºC, pero como hemos dicho anteriormente, algunos profesionales prefieren emplear este término sólo para definir la fiebre de origen no infeccioso.
¿Cuáles son las manifestaciones clínicas que acompañan a la fiebre o hiperpirexia?
La fiebre y la hiperpirexia forman parte del síndrome febril.
Dentro de la clínica que produce el síndrome febril tenemos:
- Sudoración y enrojecimiento: Consecuencia de los efectos sobre el control de los vasos sanguíneos mediados por las moléculas proinflamatorias.
- Escalofríos: Los escalofríos son una respuesta natural que deriva del cambio de temperatura, en los síndromes febriles las alteraciones importantes de la temperatura conducen a su aparición.
- Alteraciones del nivel de consciencia: Parecen implicadas tanto citocinas como las betaendorfinas, parece que está estrechamente ligado el cambio en el nivel de consciencia con la elevación de la temperatura.
- Dolores musculoesqueléticos: Los efectos de la mayoría de los signos y síntomas del síndrome febril son como consecuencia de la producción de mediadores inflamatorios, posiblemente por la aparición de una sensibilización generalizada, en el caso de los dolores por la fiebre no son por causa de una artritis o enfermedad inflamatoria articular, ya que una vez resuelto el cuadro los dolores desaparecen y no se objetivan alteraciones articulares.
- Cuadros convulsivos: Cuando la temperatura corporal se eleva por encima de los 40ºC de forma muy rápida puede inducir un cuadro convulsivo, siendo más frecuente en niños por tener una respuesta a los pirógenos endógenos más intensa que en los adultos.
¿Cuáles son las causas que producen fiebre o hipertermia?
Los principales productores del síndrome febril son las infecciones, entre las que se deben destacar por su frecuencia las infecciones respiratorias (sobre todo en niños), las infecciones urinarias y los fármacos.
Aunque estas se encuentran entre las causas más frecuentes, también pueden producir fiebre otros procesos como:
- Tumores: Sobre todo la febrícula es frecuente en los oncológicos, en el caso de la fiebre la podemos ver con más frecuencia en los linfomas y leucemias.
- Enfermedades reumáticas: El LUPUS, AR, EA… son enfermedades reumatológicas que en muchas ocasiones cursan con fiebre sobre todo durante los rebrotes de la enfermedad, al incrementarse el número de mediadores proinflamatorios.
- Alteraciones endocrinas: Alteraciones de las suprarrenales, disfunciones tiroideas…
- Las hemorragias: En el caso de las hemorragias las que suelen producir fiebre son las que afectan al SNC y las hemorragias contenidas como pueden ser los hemotórax, hemoperitoneo, hematoma retroperitoneal…
- Otros: Quemados, síndrome de aplastamiento…
Tipos de fiebre
La fiebre se puede clasificar según la duración, la temperatura y el agente causal.
- Febrícula: Se considera febrícula cuando la temperatura se encuentra entre los 37,2 y 37,9ºC.
- Fiebre intermitente: Cuando la fiebre se intercala con periodos de no fiebre, siguiendo un patrón circadiano, esta la podemos encontrar en neoplasias, neumonías, enfermedades del colágeno…
- Fiebre de larga duración o prolongada: Cuando se mantiene más de 2 o 3 semanas.
- Fiebre de corta duración: Este tipo de fiebre es más frecuente y no suele superar la semana de fiebre.
- Fiebre de origen incierto: Aparece cuando, tanto de forma ambulatoria como hospitalaria, no se consigue filiar la etiología del síndrome febril.
- Fiebre mantenida: Cuando el cuadro febril se mantiene constante a lo largo del día se considera fiebre mantenida.
¿Qué es la hipertermia?
La hipertermia se refiere a las situaciones en las que la temperatura corporal se eleva pero por disfunción hipotalámica y no como una respuesta defensiva a priori protectora.
La hipertermia siempre se considerará patológica y no como una respuesta fisiológica, como sí sucede con la fiebre.
Una de las etiologías más frecuentes en la aparición de la hipertermia es el empleo de fármacos, también en las situaciones en las que por deshidratación o exposición a elevadas temperaturas pueden conducir a una pérdida del control hipotalámico, entre otras situaciones.
Fiebre persistente en el adulto
Cuando nos encontramos un adulto con un cuadro de fiebre persistente se deben investigar las causas más frecuentes y las más graves, de modo que se debe indagar realizando las pruebas pertinentes puesto que en algunas ocasiones pueden ocultar patologías muy graves.
Cuando el paciente tiene enfermedad febril prolongada y mantiene más de dos semanas temperaturas superiores a los 38,3ºC y tras una semana de ingreso hospitalario o tres visitas extrahospitalarias no se averigua el origen de la fiebre se considera fiebre de origen desconocido.
Las principales causas de fiebre de origen desconocido son:
- Las infecciones como abscesos, osteomielitis, infecciones del riñón, infecciones crónicas…
- Enfermedades del tejido conectivo: LUPUS, AE, EA…
- Neoplasias: Linfomas, leucemias y otros procesos neoplásicos pueden cursar con cuadros de fiebre y febrícula.
- Fármacos.
¿Se deben tratar la fiebre y la hiperpirexia? Tratamiento hiperpirexia
En el caso de la hiperpirexia, que como hemos dicho se emplea el término para fiebres superiores a los 41ºC, lo normal es tratarla por los efectos deletéreos que esta tiene sobre el organismo.
Pero en la mayoría de las ocasiones, se debería controlar sin la necesidad de eliminarla siempre que aparezca, sin embargo, en la actualidad la mayoría de las personas emplean antipiréticos para reducir la fiebre por los efectos negativos que esta produce, pero no se atiende a los beneficios de la fiebre.
Beneficios de la fiebre
Entre los beneficios de la fiebre podemos nombrar:
- Estimula la función inmune incrementando la eficiencia inmunológica.
- Favorece la quimiotaxis y la adhesión de los leucocitos, favoreciendo la diapédesis y el contacto de las células defensivas con los patógenos.
- Puede afectar al equilibrio del patógeno dificultando su desarrollo.
Estos son algunos de los beneficios derivados de la fiebre, siempre teniendo en cuenta que ante subidas bruscas de la temperatura o temperaturas muy altas se debe tratar, puesto que los efectos nocivos serán mayores que los beneficios.
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