En la actualidad, los investigadores están enfocando la atención hacia un estudio más profundo de la relación entre epigenética y cáncer. Más concretamente, parece ser que los biomarcadores epigenético podrían ser en un futuro próximo fuente de dianas terapéuticas. Te traemos más detalles en este post.
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¿Qué es la epigenética?
La epigenética se encarga de estudiar los procesos moleculares que regulan la expresión de los genes, sin que en el proceso de regulación se produzca ninguna modificación de la cadena de DNA. La epigenética emplea mecanismos potencialmente heredados que, por medio de la fosforilación, la acetilación y la metilación, modifican la expresión de los genes. La función de la epigenética es llegar a entender los mecanismos de interrelación implicados en la regulación de los genes por medio del ambiente o de forma constitutiva, de forma que se manifiestan por medio del fenotipo.
Epigenética y cáncer, ¿cuáles son las implicaciones?
No solo las mutaciones del genoma están implicadas en la génesis y progresión del cáncer. La modulación de su expresión y la facilitación de la inestabilidad genética son factores que también intervienen. Uno de los principales mecanismos epigenéticos que parecen estar implicados en el desarrollo del cáncer es el de la metilación y acetilación. Esto conlleva que se pueda facilitar la expresión de determinados genes o suprimirla. Por lo tanto, la alteración en la regulación de la epigenética puede estar implicada, y de hecho lo está, en el desarrollo del cáncer. La epigenética es la maquinaria encargada de la regulación del fenotipo celular, la proliferación, la maduración, etc. Esto significa que una mutación del genoma, ya sea esporádica o adquirida, no tiene porqué dar lugar a la aparición de la patología secundaria a su alteración. En este caso la epigenética es la que se encargará de facilitar la expresión de este segmento genético mutado que puede terminar por desarrollar una patología tumoral. La verdad es que el cáncer no se manifestará de forma tan sencilla como se ha definido. El cáncer es el resultado de la suma de alteraciones genéticas cronológicamente orquestadas para, en último término, facilitar la viabilidad de una célula que ha perdido toda relación con su entorno. Para que se cumplan las nuevas funciones celulares es necesario un control epigenético que coordine los elementos de regulación más básicos, orientados a la supervivencia de la célula anárquica. “Me planteo el hecho de que, si no conociéramos la existencia del cáncer y tuviéramos que determinar el número de mutaciones necesarias que se tienen que dar de forma estocástica para la aparición de una neoplasia maligna, y le pidiéramos a un estadístico que nos calculara la probabilidad de su aparición ¿Es posible que nos dijera que es un suceso de probabilidad cero?” ¡Bueno, esto es solo una reflexión!
Epigenética, cáncer y futuro
En la actualidad se están empleando biomarcadores epigenéticos, puesto que pueden:
- Ayudar a comprender el complejo funcionamiento del proceso tumoral.
- Ser útiles para el empleo de fármacos biológicos, capaces de frenar o bloquear las actividades epigenéticas.
- Ser empleados para la detección precoz de neoplasias, estableciéndose de rutina en el screening.
Es cierto que se requiere de más estudios, en los que se pueda demostrar que estos marcadores epigenéticos solos o en combinación, no solo nos ofrezcan una elevada sensibilidad, sino que también su combinación aumente su especificidad. De manera que puedan emplearse como pruebas fieles en la búsqueda de los tumores y su tipificación.
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