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¿Por qué podemos encontrar el dímero D elevado en el cáncer?

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El dímero D es un producto de degradación de la fibrina, apareciendo en cualquier fenómeno que produzca activación de los mecanismos de hemostasia. En la mayoría de las situaciones se encuentra asociado a la trombosis y muy en particular a la trombosis venosa profunda (TVP) y el tromboembolismo pulmonar (TEP).

Sin embargo esto es debido a la gravedad de la situación. Por tanto, el que aparezca una elevación del dímero D no indica una TEP, pero es cierto que han de ser descartadas. Pudiendo encontrarse el dímero D elevado en el cáncer, como en otras situaciones que mencionaremos a continuación.

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Situaciones que dan lugar a la elevación del dímero D

Debido a la íntima relación de la cascada de coagulación con cualquier proceso inflamatorio/infeccioso, podemos encontrar niveles elevados de dímero D múltiples situaciones. Por ejemplo:

Por lo que se considera al dímero D altamente inespecífico, y debe ir acompañado de otras pruebas si queremos aproximarnos a un diagnóstico. Lo que podemos decir cuando nos encontramos con la elevación del dímero D es que se está alterando la hemostasia.

Dímero D elevado en el cáncer

Debemos decir que el cáncer es una de las principales causas de elevación de este marcador junto con la patología trombótica y cardíaca.

Además, algunos estudios apuntan que la elevación del dímero D puede ser considerado un marcador de mal pronóstico en la patología tumoral, sobre todo con valores elevados que alcanzan los 10.000ng/ml.

Los valores de dímero D contemplan, desde la posibilidad de la existencia de un cáncer oculto (pudiendo alcanzar el 7 al 9%), a la asociación con el padecimiento de una TVP o TEP (por el factor denominado procoagulante de cáncer y el factor tisular y la producción de citoquinas), hasta su empleo como marcador independiente de mortalidad en afectados de cáncer.

Cada vez son más los factores solubles que se ven alterados en los estados de desequilibrio, pudiendo verse reflejados en una analítica sanguínea. De forma, que con el tiempo se puedan determinar el mayor número de patologías con una simple muestra de sangre.

Obviamente uno no se debe alarmar por la elevación del dímero D en ausencia de patología tromboembólica severa, y pensar que es posible que tenga un cáncer oculto. En muchas ocasiones es secundario a procesos menores como traumatismos con la aparición de moretones, o pequeñas lesiones a las que no les damos importancia.

También decir, que se deben encontrar niveles muy elevados de dímero D para en ausencia de signos clínicos orientar el diagnóstico hacia una patología tumoral oculta. Pero esto es todo labor del profesional cualificado que es quien debe determinar la trascendencia de la elevación del dímero D, solicitando las pruebas que considere oportunas para esclarecer el origen de la elevación.

Con el tiempo y el duro trabajo de los investigadores, será posible a futuro, conocer el esta de nuestro organismo, por como nuestros órganos y sistemas se comunican a través del medio interno. El lenguaje de nuestra célula es la electroquímica y es por este medio por el que debemos comunicarnos con ella, y atender a sus necesidades por medio del conocimiento del medio interno en su equilibrio basal.

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