La acumulación de los cristales de oxalato puede dar lugar a la formación de las conocidas “piedras en el riñón”. Estas últimas son los principales componentes de los cálculos renales (63%).
Aunque es cierto que los depósitos de oxalato cálcico se pueden dar en otras localizaciones como las articulaciones. Estas son menos frecuentes que la formación de estos precipitados en el sistema urinario. Los tipos de cálculos de oxalato que podemos encontrar son:
- Cálculos papilares de oxalato cálcico monohidratado.
- Cálculos no papilares de oxalato cálcico monohidratado.
- Cálculos que combinan hidroxiapatita y oxalato cálcico dihidratado.
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¿Por qué se forman los cristales de oxalato?
Los cristales de oxalato cálcico son secundarios a la combinación del oxalato y el calcio, asociado a otras moléculas facilitadoras de la formación de los cristales. Pueden estar implicados tanto las elevadas concentraciones de calcio en plasma como de oxalatos.
Por otro lado, la deshidratación incrementa la concentración de los compuestos disueltos en la orina, facilitando la combinación y precipitado de los cristales de oxalato cálcico.
El lugar donde con mayor susceptibilidad se pueden producir un precipitado y formación de estos cristales es en el sistema renal excretor. Debido a la capacidad de concentración del riñón, se considera que los solutos disueltos durante la formación de la orina se encuentran en condiciones metaestables.
En esta condiciones pequeñas variaciones en la concentración pueden conducir al precipitado y formación de los cristales, tanto de oxalato como de otros tipos. La saturación da lugar a la denominada nucleación que principalmente es de naturaleza heterogénea (litogénesis). Debido a que la formación de las piedras, en muchas ocasiones, no son secundarias al propio agregado del oxalato de calcio. Sino que existe en la pelvis renal condiciones que facilitan posteriormente la formación, crecimiento y transformación de los cálculos.
Esto se ve con claridad en las formaciones coraliformes que pueden llegar a cubrir la pelvis y los cálices renales a modo de un coral, de ahí su nombre. La cristaluria es fundamental para la formación de los cristales, pero no es condición suficiente. Por lo que, si se prevé, se puede reducir la probabilidad de formación de piedras.
La formación de los cristales se originan en el epitelio papilar donde se formará por nucleación la especie cristalina sobre una fina capa previa (heterogénea). Posteriormente esta se desprenderá facilitando el crecimiento de la litiasis o piedras renales con nuevos agregados.
Condiciones para la formación de los cálculos renales
Algunas de las condiciones que pueden facilitar la formación de las piedras renales son:
- La saturación de la orina.
- La modificación del pH.
- Las alteraciones en los sistemas de amortiguación, por medio de la disminución de la producción de moléculas inhibidoras de la litogénesis.
Nucleación y crecimiento de los cristales
La cristalogénesis (Daudon, 2014) es un proceso complejo que se puede dividir en cuatro fases, estas son:
- Una elevada saturación en la orina de sustancias que sean capaces de cristalizar.
- El siguiente paso es la fase de nucleación, donde se formarán por cristales de 5 nm aproximadamente.
- Luego prosigue el crecimiento cristalino, de forma que el tamaño de la partícula alcanza los 50 nm.
- En la última fase nos encontramos con la agregación cristalina, donde las partículas pueden alcanzar hasta los 250 nm.
Finalmente, la cristalización evolucionará a la formación del cálculo renal.
¿Se puede prevenir la formación de cristales de oxalato?
Las medidas generales se centran en la reducción de la saturación de la orina, por medio de la disminución de los solutos y el incremento del solvente. Por eso es importante:
- El incremento de la ingesta de agua (cerca de 2L/día). Con el objetivo de reducir las situaciones de deshidratación.
- Por otro lado, debemos reducir la ingesta de sal y proteínas. Estas incrementan la saturación de la orina, facilitando el inicio de la cristalogénesis.
- Con respecto a la cantidad de ingesta de calcio, existen datos controversiales. Lo ideal sería no consumir suplementos de calcio, salvo prescripción y la reducción de este siempre bajo supervisión médica.
- Se podría también reducir los alimentos ricos en oxalato. Esto puede ser difícil por encontrarse en productos fundamentales como las frutas, las verduras y los frutos secos.
- Como elementos inhibidores de la formación de los cristales de oxalato se puede emplear el citrato, el magnesio y el pirofosfato.
- La regulación del pH también parece estar implicada en la formación de los cristales de oxalatos. Así que cuando nos encontramos con un pH que tiende a la alcalinidad, por encima de los 6,2 se favorece las formación de los cristales de fosfato y el pH ácido inferior a 5,5 favorece la formación de los cristales de ácido úrico. Considerado que los cristales de oxalato cálcico y posterior desarrollo de litiasis parten de una nucleación heterogénea, pueden formarse desde los cristales de fosfato como de ácido úrico. Por lo que lo ideal mantener el pH urinario entre 5,5 y 6.
Finalmente, tener en cuenta que ante cualquier duda o pregunta es imprescindible el asesoramiento de un profesional de la salud. Los ajustes dietéticos pueden ser complejos dependiendo de múltiples variables que se han de tener en cuenta.
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