Las llagas o aftas son ulceraciones que aparecen en la mucosa, pueden localizarse en cualquier región con mucosa, aunque son más habituales en la mucosa oral. Estas lesiones pueden aparecer de forma única o múltiple. En el caso de la aparición múltiple oral se denomina estomatitis aftosa y en el caso de encontrarnos con cuadros recurrentes debemos descartar enfermedades como la enfermedad inflamatoria intestinal (en particular la enfermedad de Crohn), la anemia, E. Behçet (aparición concomitante de aftas vaginales) o neutropenias. Por eso es importante hacer un diagnóstico diferencial con enfermedades más graves, que pueden cursar con la aparición de llagas o aftas.
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¿Qué síntomas producen las llagas o aftas?
Las aftas o llagas producen como síntoma principal:
- Dolor
- Escozor
- Picazón intenso
Además no deben sangrar y en el caso de encontrarnos con una posible afta que no duele o que sangra, es importante descartar otras patologías más graves. Por otro lado, si en el contexto de un episodio de aftas orales encontramos también úlceras de la mucosa vaginal es posible que nos encontremos con la enfermedad de Behçet. Ante una situación de este tipo, debemos consultar con nuestro médico. De la misma forma, si encontramos aftas sangrantes han de ser evaluadas por un especialista y se tomará en todos los casos una biopsia. Los síntomas no suelen durar más de 3-7 días. Si duran más de ese tiempo, es recomendado consultarlo con un especialista. Si aparecen de forma múltiple y recurrente, también es un signo de alarma, que nos dice que lo que padecemos no es una simple aparición de aftas. El diagnóstico de las aftas es sencillo, simplemente a ojo desnudo se pueden describir, pero lo que requerirá de más pruebas es determinar el diagnóstico de certeza de la posible causas de su aparición. Sobre todo, en las situaciones en las que encontremos síntomas añadidos.
Causas de aparición de las aftas
Las aftas pueden aparecer en muchas circunstancias y por lo general son benignas. Nos podemos encontrarnos con:
- Aftas secundarias a lesiones mecánicas como prótesis dentales mal colocadas, agresiones como el cepillo de dientes, tras un golpe o un corte con productos alimentarios duros.
- Aftas secundarias a agentes químicos y físicos; productos muy calientes, exceso de sal como las pipas saladas, cáusticos (de forma accidental), radiación y quemaduras.
- Aftas secundarias a infecciones virales; virus pie-mano-boca, VHS, neutropenias.
- Aftas idiopáticas; estomatitis aftosa recurrente idiopática (EAR), motivadas por el estrés…
- Aftas secundarias a déficit nutricionales; vitamina B12 baja, anemia ferropénica, vitamina C…
- Aftas secundarias a enfermedades graves; enfermedad de Crohn, E. de Behçet, sífilis, VIH…
Tratamiento recomendado para las aftas
Las aftas simples tiene una evolución autolimitada en la que la curación de las llagas en unos días es un proceso natural. En el caso de no suceder así, será necesario acudir a un profesional para poder descartar patologías más severas que en algunas ocasiones pueden debutar con aftas en mucosa oral. Existen múltiples formas de cómo tratar las aftas:
- Lo más común, es el empleo de enjuagues o colutorios.
- Una forma natural de tratarlas es por medio de enjuague con bicarbonato o con sal.
- Las infusiones como la manzanilla son sedantes y reducen el dolor, el cepillado suave es de vital importancia, ya que muchas de las aftas que aparecen son debidas a un cepillado enérgico que termina por lesionar la mucosa.
- Reducir el consumo de tóxicos como el tabaco y el alcohol, favorece la estabilidad de la mucosa.
- En el caso de patologías sistémicas que se manifiestan con la aparición de las aftas, se deberán tratar las causas, además, de los síntomas y signos clínicos.
Agua de mar y aftas o llagas
El agua de mar es útil a la hora de tratar las aftas orales. Es preferible su empleo a la utilización simple de agua/sal, sobre todo por aportar más elemento a la mucosa que favorecen la cicatrización y acelera la recuperación de la mucosa. Los enjuagues con agua de mar, además, nutren a la mucosa sana, favorece una hidratación adecuada y previene la aparición de las aftas, al favorecer el mantenimiento de la integridad de la mucosa. Por otro lado, aporta minerales y elementos traza que serán absorbidos por la mucosa. De este modo, no solo se logra un efecto local, ya que sus elementos permearán y alcanzarán el torrente circulatorio, para distribuirse por el organismo. Ante la presencia de aftas recurrentes sin causa aparente, se debe acudir a un profesional para determinar la posible o posibles causas de su aparición.
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