El cansancio crónico, síndrome de fatiga crónica o encefalomielitis miálgica se define como una situación en la que la persona afectada refiere que por mucho que descanse sigue percibiendo la fatiga que le impide realizar las tareas cotidianas.
Llega gasta el punto, que en ciertas situaciones es incapaz de levantarse de la cama, junto con la adición de síntomas como las mialgias, la odinofagia y signos como la fiebre o las adenopatías. La OMS la reconoce como una enfermedad de características neurológicas graves. Es un cuadro muy limitante, de difícil comprensión, en el que se encuentran una serie de factores que pueden conducir a su aparición. Es un diagnóstico por exclusión de otros procesos que puedan cursar con fatiga crónica como infecciones activas, neoplasias, carencias nutricionales, anemias, SHAS…
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¿Qué síntomas da el cansancio crónico y cómo se diagnostica?
Síntomas
Se trata de un sueño no reparador, en el que las personas que lo padecen no consiguen recuperarse del cansancio resultando difícil iniciar el día. Otros síntomas son:
- Fatigabilidad muscular
- Cansancio extremo a cualquier hora del día
- Astenia
- Desorientación y cansancio mental
- Faringitis recurrentes y adenopatías
- Irritabilidad
- Intolerancia ortostática crónica
- Sensibilidad al frío…
Diagnóstico
Para el diagnóstico se emplean unos criterios analizados 1994, son los denominados criterios internacionales de Fukuda et al., 1994. En los que se describen criterios mayores y otros menores.
¿Se conocen las causas del cansancio crónico?
Las causas del cansancio crónico o de la fatiga crónica es desconocida. Parece que ciertas situaciones como los procesos infeccioso, alteraciones inmunológicas, cambios hormonales pueden desencadenar el síndrome de fatiga crónica, como lo hacen también en la astenia primaveral.
El estrés y las alteraciones del sueño, la fiebre psicógena, también son posibles factores que influyen en la aparición del cansancio crónico o son su manifestación.
Se ha descrito la asociación a procesos infecciosos como VEB, influenza, mononucleosis, brucelosis, fiebre Q… esto por las alteraciones inmunes, adenopatías o faringitis de repetición, debido a una cronificación del proceso infeccioso, pero no está clara su relación directa.
Duración: ¿Se cura el cansancio crónico o síndrome de fatiga crónica?
Suele afectar a personas en la cuarta a sexta década de la vida principalmente, pero no es exclusiva, también se han visto niños y jóvenes afectados no alcanzando más del 0,1%.
La duración promedio es de 35 a 49 meses, es decir, tienen que pasar entre tres o cuatro años de media para la desaparición de la mayoría de los síntomas o recuperación total, sobre todo, esta situación última en los jóvenes.
Por lo que tiende a la curación, pero si es verdad que en el caso de los adultos este tiempo se puede prolongar y la recuperación es parcial, en un 5 a un 20% según las series el síndrome persiste.
Tratamiento: ¿Podemos tratar la fatiga crónica?
En la actualidad no existe un tratamiento estándar para este síndrome, pero existen una serie de medidas, que afectan al estilo de vida que pueden influir positivamente en la recuperación. Algunas recomendaciones son:
- Las actividades de autoayuda
- Tratamiento psicológico cognitivo-conductual tanto individual como grupal
- Si existen alteraciones en la rutina alimentaria se deben corregir.
- Introducción de una dieta completa que cubra las necesidades del organismos
- Educar al paciente en la importancia de dormir
- Intentar mantener rutinas diarias
- Educar a los amigos y familiares en la realidad de la enfermedad.
Repito que no existe ningún tratamiento tanto médico como nutricional que demuestre, con evidencias sólida, tener un efecto positivo sobre la enfermedad.
La Terapia Marina en el cansancio crónico
Como he mencionado, no existe ninguna evidencia que demuestre cual es el mejor tratamiento. No obstante, dentro de las recomendaciones adoptadas por consenso, mencionaremos someramente la que se refiere al mantenimiento de una dieta equilibrada con el aporte de los micronutrientes, que son vitales para un correcto funcionamiento orgánico.
Además, haré referencia a un estudio donde se muestra cómo pueden influir en las funciones orgánicas la suplementación equilibrada con la Terapia Marina.
Se recomienda el consumo de vitaminas y de minerales para el correcto equilibrio hidromineral, ambos son fundamentales para el correcto funcionamiento de la química y electroquímica orgánica.
También son piezas clave en la correcta función del sistema inmune (selenio, zinc, hierro…) los minerales también intervienen en la función energética como es la cadena de electrones en la mitocondria, y en el sistema antioxidante enzimático, entre muchos otros procesos.
Las vitaminas, también interviene en múltiples funciones energéticas, entre las que encontramos el efecto antioxidante por vía no enzimática y otras funciones metabólicas.
Es por esto por lo que, aunque sea difícil trazar una relación en la mejoría de un paciente que se somete a una dieta equilibrada, parece lógico pensar que su recomendación es necesaria para cubrir posibles carencias que pueden estar interfiriendo en la recuperación del síndrome de fatiga crónica.
Estos son los datos de un estudio llevado a cabo por Nicole L. Rogers el al., 2015. Que transcribo textualmente:
“Analizar los efectos del consumo de una bebida electrolítica basada en SW durante un programa de entrenamiento de resistencia (RT) sobre la salud renal, el rendimiento físico y el riesgo cardiovascular en adultos mayores.
MÉTODOS: 56 adultos mayores sedentarios (71,3 ± 6,2 años) se dividieron en tres grupos: grupo control (GC) (n = 18) que continuaron las actividades normales sin entrenamiento físico adicional o suplementación nutricional; grupo placebo (PG) (n = 19) que bebió una muestra de 20 ml de agua mineral antes y después de cada sesión de entrenamiento; y un grupo de SW (SWG) (n = 19) que consumió una muestra de 20 ml de bebida electrolítica (Totum Sport) antes y después de cada sesión de entrenamiento.
Se realizó un programa de RT de 12 semanas con bandas elásticas en 2 días / semana con 6 ejercicios y 4 series de 6 repeticiones. La fuerza isométrica para las extremidades superiores (fila vertical (VR)) y inferior (prensa de piernas horizontal (HLP)), los niveles de creatinina y urea (indicadores de salud renal) y el índice aterogénico (AI) (indicador de salud cardiovascular) se evaluaron antes y después del entrenamiento.
RESULTADOS: SWG significativamente (p <0.05) mejoró VR (+ 44.6%) y HLP (+ 52.8%), redujo significativamente los niveles de urea (-6.6%) y AI (-4.9%), y mostró una tendencia hacia la reducción de los niveles de creatinina (- 5,4%). PG mejoró significativamente la RV (+ 29.3%) y el HLP (+ 52.5%), y redujo significativamente la IA (-4.50%) sin cambios en los valores de urea y creatinina. No hubo diferencias significativas entre los grupos de ejercicio. VR (+ 9.5%), urea (+ 5.4%) y creatinina (+ 1.3%) no cambiaron en GC, pero hubo cambios significativos en la IA (+ 14.1%) y HLP (-24.7%). No hubo interacción entre los grupos para VR, HLP e AI, pero sí para los niveles de urea y creatinina con CG que mostró diferencias significativas en comparación con los grupos de ejercicio.
CONCLUSIONES: el consumo de SW mientras está involucrado con un programa de RT puede mejorar la salud renal, cardiovascular y el SI en adultos mayores.”
Donde se demuestra que el empleo de SW (agua de mar) (Terapia Marina) afecta positivamente al rendimiento deportivo, además de mejorar otros parámetros, de los que se infiere una mejoría del estado general del probando.
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