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¿La bronquiolitis es contagiosa? Pautas para evitar y prevenir el contagio

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La bronquiolitis es una infección de las vías aéreas bajas causada principalmente en los bronquiolos por el virus respiratorio sincitial (VRS).

Los virus que producen bronquiolitis son contagiosos, pero esto no indica que todo niño en contacto con el virus tenga que desarrollar la enfermedad, muchos de ellos son asintomáticos.

Los periodos en los que hay más riesgo de contagio y desarrollo de la bronquiolitis son los meses de noviembre a febrero, es decir, los periodos de frío, igual que sucede con otros procesos infecciosos de las vías aéreas.

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¿Cómo se contagia la bronquiolitis?

El contagio de la bronquiolitis es igual a los mecanismos de contagio de los resfriados comunes.

Se puede producir por dos mecanismos principalmente:

  • A través de las gotículas o aerosoles que se forman con el estornudo, la tos o incluso con solo hablar: si nos encontrarnos con un paciente en fase catarral o en plena infección, la carga viral puede ser lo suficientemente elevada como para que al entrar en contacto con la mucosa de otra persona pueda adherirse, penetrar y proliferar el virus.
  • Por contacto: si estos aerosoles se depositan en un vaso u otras superficies, así como en la mano al toser. Una vez que las secreciones se encuentran en dichas superficies, es fácil que otra persona entre en contacto con el virus, y si seguidamente no nos lavamos las manos y nos tocamos los ojos, la boca, el virus entrará en contacto con nuestra mucosa pudiendo causar infección.

Cómo evitar el contagio y desarrollo de la bronquiolitis

Teniendo en cuenta las diferentes vías de contagio, lo que se debe hacer es romperlas. De este modo, eliminamos los agentes infecciosos antes de entrar en contacto con ellos o, si entramos en contacto, los neutralizamos por medio del lavado.

Lo primero es mantener una distancia de seguridad con personas afectadas, además de evitar las aglomeraciones, sobre todo en los periodos epidémicos y cuando los niños son menores de 2 años (puesto que es una edad en la que la infección puede producir bronquiolitis).

Con los lactantes se deben evitar los lugares cerrados, ya que el riesgo de contagio es más elevado, por lo que son preferibles zonas correctamente ventiladas.

En el caso de las guarderías, el aforo debe ser apropiado para el espacio del que se dispone. Además, se debe ventilar de forma periódica y limpiar las superficies de contacto.

Se debe prohibir el consumo de tabaco delante de los niños. Este humo afecta sustancialmente al aparato respiratorio y predispone a la infección.

¿Existen niños con una predisposición mayor a padecer bronquiolitis?

Existen situaciones que pueden predisponer al desarrollo de la bronquiolitis entre los lactantes o que esta sea más grave:

  • Niños prematuros: por ser mayor su inmadurez pulmonar.
  • Niños con bajo peso al nacer.
  • La no lactancia materna: es sabido que la leche materna contiene inmunoglobulinas que protegen al lactante durante los 9 primeros meses de vida, mientras su sistema inmune madura.
  • Lactantes que viven en un medio con tabaco: los hijos de padres fumadores están más expuestos a los tóxicos del humo, esto produce mayor irritación e inmuno-compromiso.
  • Lactantes con anomalías o alteraciones tanto funcionales como anatómicas del aparato respiratorio y cardíaco.
  • Niños inmunosuprimidos: están más predispuestos a padecer infecciones.

En estas situaciones, las bronquiolitis suelen cursar de forma más grave, pudiendo a veces requerir el ingreso hospitalario hasta la estabilización clínica del paciente.

¿Hay lugares de mayor riesgo para el contagio de la bronquiolitis?

Existen ciertos lugares donde el riesgo de contagio de la bronquiolitis es más elevado. Se caracterizan por ser lugares cerrados con poca ventilación y acumulación de niños: guarderías, ludotecas, centros de ocio, parques infantiles, cines…

Por ello es importante que durante los periodos de mayor riesgo se intente evitar, o en su defecto, buscar los lugares donde se controle la masificación.

Lo ideal es retrasar la exposición a los agentes infecciosos sobre todo los primeros meses de vida, ya que es el periodo de mayor riesgo, cuanto más mayores mayor es la madurez y menor la sintomatología.

Cerca del 90% de los niños padecerán la infección. De estos, cerca del 70% desarrollarán la clínica de la bronquiolitis y un 1% requerirá ingreso hospitalario en UCI infantil, por lo que la capacidad de contagio es muy elevada y, aun tomando medidas, no se ha conseguido reducir la tasa de contagios de forma significativa.

En la actualidad, es todo un reto poder controlar los brotes de bronquiolitis.

Cómo prevenir la bronquiolitis

Hay diversas actitudes que nos pueden ayudar a reducir los contagios de la bronquiolitis, sobre todo en los primeros meses de vida, donde el riesgo de bronquiolitis grave es más elevado.

Medidas preventivas contra la bronquiolitis

  • Mantener una ventilación adecuada cuando los niños se encuentren en grupo, de forma que el aire ambiente se recicle de forma continuada. Así reduciremos el tiempo de contacto con los posibles agentes que se encuentran en los aerosoles.
  • Higiene de manos periódica, junto con la insistencia de no tocarse los ojos o la cara, sin antes, lavarse las manos.
  • Desinfección de los espacios comunes en guarderías, ludotecas y zonas de ocio comunes.
  • Evitar las guarderías durante el primer año de vida, en la medida de lo posible, aunque en la actualidad puede resultar difícil.
  • Prohibir que el niño esté cerca de fumadores y reducir su exposición en medios con contaminación atmosférica. Los cuadros de bronquiolitis son más acusados en grandes núcleos urbanos.
  • Higiene nasal por medio de lavados nasales. Es importante porque ayuda a reducir la concentración de alérgenos y microorganismos que se encuentran adheridos a las secreciones nasales. Estos lavados son ideales cuando se emplea agua de mar, gracias a su concentración en microelementos que además de favorecer el arrastre de partículas, hidrata y nutre la mucosa nasal.

Agua de mar y bronquiolitis

Las soluciones salinas resultan útiles para el tratamiento de las bronquiolitis, no solo para los lavados nasales, sino también, para el tratamiento de la eliminación del moco producido en los bronquiolos.

Esto se debe al efecto de arrastre que produce gracias a la fluidificación del moco, incrementando la eficacia del aclarado mucociliar.

Además, el agua de mar hidrata la mucosa y aporta los elementos traza que son útiles para la función inmune como el selenio, magnesio y el zinc. En definitiva, el agua de mar es un buen complemento para el tratamiento de las bronquiolitis en pacientes estables y siempre bajo la prescripción de un profesional.

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1 comentario

María Francisca

03/12/2021 11:51

Muy interesante, gracias por compartir. Me han diagnósticado bronquitis y no sabía que era contagiosa.
Un saludo